"Ganas de mandarte a vos, a tus palabras y a todo a la mismísima mierda, ganas de decir que ODIO que no me respondas y ODIO que estés tan distante, no sé chabón, ni nos conocemos, eso es lo peor, que me encantás y ni te conozco. Ah, qué mierda estoy diciendo, no me encantás, no nada, nada, nada."
Sí, eso de arriba se llama histeria, desesperación o simplemente el puto y malcioso bicho del amor que me hizo una roncha gigante. Ojalá no sea amor, porque si así estoy la primera semana no quiero imaginarme en un mes. ¿Qué onda? Nunca me había preocupado tanto por un pibe. Será que tal vez, ahora tengo en quien pensar para cagarme bien en todos los sentimientos del pasado por un enano sin corazón que me ignoró un año y unos meses que prefiero no contar. Será que ahora tengo un juguete nuevo, por así decir, y parezco una nenita de tres años con cara de boluda porque un pibe le dice cosas alucinantes y abracadantes que jamás había escuchado antes. Sólo sé que me engancho fácilmente y odio eso, ¿por qué eh? ¿por qué? ¡¿por qué tenés que ser tan boluda Rocío?! Me engancho con un pelotudo, con un colgado rockero, con un pibe cuya vida desconozco, cuya cara veía como imposible y perfecta y ahora tengo a mis pies pero sin embargo me digno a no saludar, por idiota y conchuda que soy, por miedosa, por tener la mente cagada con el feminismo y no tener un poco de putez en la mente e ir a saludarlo sin miedo. Me engancho con un chico que jamás pensé que me diría las cosas que me dice, pero que de todos modos pareciera que no me alcanza porque cuando le hablo tengo miedo de parecer una pancha (¡despertate boluda, si te dice todo eso por algo será!") y termino no hablándole, sí, ¡¡no hablándole!!, porque vos entre las mujeres jugás el papel de lentita que espera que la vengan a buscar, pelotuda. Me enganché con un pibe que está conectado las veinticuatro horas pero que ni siquiera me digno a hablarle, por miedo a que piense que soy goma y pesada. Me enganché con un chico, sí, con un chico gracias al cual al botón "borrar" del teclado se le va a salir la pintura, porque lo oprimo todo el tiempo, releyendo lo que le voy a poner, como una fiel estúpida que quiere caerle bien sabiendo que sí, que le va a caer genial porque tiene la suficiente determinación como para afirmar que no es una zorra cagadora de personas o hueca con la que no podés hablar por su gran y notable deficiencia mental.
Me enganché con un pibe que me hace escribir este tipo de cosas, y que ahora, cuando las relea, voy a terminar afirmando que soy una cagona, histérica y desenfrenada, cosa que jamás me pasó.
Abzurdah
Sí, eso de arriba se llama histeria, desesperación o simplemente el puto y malcioso bicho del amor que me hizo una roncha gigante. Ojalá no sea amor, porque si así estoy la primera semana no quiero imaginarme en un mes. ¿Qué onda? Nunca me había preocupado tanto por un pibe. Será que tal vez, ahora tengo en quien pensar para cagarme bien en todos los sentimientos del pasado por un enano sin corazón que me ignoró un año y unos meses que prefiero no contar. Será que ahora tengo un juguete nuevo, por así decir, y parezco una nenita de tres años con cara de boluda porque un pibe le dice cosas alucinantes y abracadantes que jamás había escuchado antes. Sólo sé que me engancho fácilmente y odio eso, ¿por qué eh? ¿por qué? ¡¿por qué tenés que ser tan boluda Rocío?! Me engancho con un pelotudo, con un colgado rockero, con un pibe cuya vida desconozco, cuya cara veía como imposible y perfecta y ahora tengo a mis pies pero sin embargo me digno a no saludar, por idiota y conchuda que soy, por miedosa, por tener la mente cagada con el feminismo y no tener un poco de putez en la mente e ir a saludarlo sin miedo. Me engancho con un chico que jamás pensé que me diría las cosas que me dice, pero que de todos modos pareciera que no me alcanza porque cuando le hablo tengo miedo de parecer una pancha (¡despertate boluda, si te dice todo eso por algo será!") y termino no hablándole, sí, ¡¡no hablándole!!, porque vos entre las mujeres jugás el papel de lentita que espera que la vengan a buscar, pelotuda. Me enganché con un pibe que está conectado las veinticuatro horas pero que ni siquiera me digno a hablarle, por miedo a que piense que soy goma y pesada. Me enganché con un chico, sí, con un chico gracias al cual al botón "borrar" del teclado se le va a salir la pintura, porque lo oprimo todo el tiempo, releyendo lo que le voy a poner, como una fiel estúpida que quiere caerle bien sabiendo que sí, que le va a caer genial porque tiene la suficiente determinación como para afirmar que no es una zorra cagadora de personas o hueca con la que no podés hablar por su gran y notable deficiencia mental.
Me enganché con un pibe que me hace escribir este tipo de cosas, y que ahora, cuando las relea, voy a terminar afirmando que soy una cagona, histérica y desenfrenada, cosa que jamás me pasó.
"Mis relaciones afectivas siempre fueron así: difíciles de
concretar (y hasta imposibles) y dotadas de una obsesión incandescente. Una
obsesión que me consume, que me mata, que me hiere y que aún así defiendo. Porque
llegué a pensar que amor sin sufrimiento no era amor."
Abzurdah
No hay comentarios:
Publicar un comentario