¿Me abrís?

lunes, 27 de diciembre de 2010


Cuando se dice "adiós" se deja una historia atrás, pero comienza un nuevo camino, el camino de crecer.




Ya termina el año, finaliza una etapa, se cierra una ventana que parece ayer que se estaba abriendo de par en par para mí. Si tengo que decir una palabra será “gracias”. Gracias a mis amigos, a mis no tan amigos, a los falsos que me cruzé y me hicieron más fuerte. Gracias a la piedras que me insistieron en saltarles por arriba aún vencida. Al camino largo, duro pero hermoso llamado vida, que aguantó mi rejunte de sensaciones, que fue mi diario intimo, mi mochila repleta de sentimientos bipolares.
  Gracias a Mendez por hacerme conocer a Gustavo Cerati y llenarme con su pasión domada bajo el Rock Nacional, por demostrarme que los mejores artistas están en nuestro país y no hay nada que envidiar.
 Gracias a mi espalda media doblada, que llevó durante casi trescientos sesenta y cinco días está pesada mochila llena de problemáticas adolescentes.
 Gracias a mi familia, amigos, y gente que siempre estuvo al final del camino para dejarme pequeñas grandes enseñanzas de amor y grandeza.
 Gracias a las personas con las que ya no estoy tanto tiempo, amigos con los que creo haber perdido contacto, gracias a ustedes por hacerme pasar lindos momentos en el pasado, que estos estén presentes en un futuro. Que nos tengamos el respeto que nos merecemos y que mejoremos nuestros actos.
 Ahora sí, perdón a la gente que lastimé, a la cual dañé o me comporté como si fuera otra. Perdón a todos aquellos que con mis palabras herí, a los cuales no supe cuidar e hice responsable de mis propios problemas que se retornaron en palabras desagradables.
 Debo decir chau, a los recuerdos dolorosos, al amor que no pudo ser, a mi personalidad frívola que no tengo pero que accioné. Chau a la gente que me hace mal, chau a las falsas expectativas, a las palabras inapropiadas, a mi otro yo (tengo que tener una sola cara).  Chau a la discriminación momentánea. Chau al 2010 y bienvenido 2011. ¡Sorprendeme!

no le digo chau a mi amor platónico, es difícil desprenderse de él.


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