"Su estúpida forma de fingir, combinada con mis estúpidas ganas de sentirme querida"
El dolor causa rechazo, sí, rechazo y bronca, negatividad, objeción y falta de valor para seguir. El dolor hace que nuestra mente se empecine en abandonar sueños, y el corazón lo sigue, resignado, como si hubiese tirado la última carta de su vida, por todo o por nada.
Ahí es donde somos rehenes, rehenes de nosotros mismos. Es ahí donde somos como piezas en un tablero de ajedrez y como si de cada movimiento dependiera nuestra vida.
Cada paso que damos, cada movimiento que hacemos nos mantiene perdidos y sin rumbo. El dolor provoca inseguridad, y ¨¿cómo hace este enorme castillo para no caer?
El dolor causa rechazo, sí, rechazo y bronca, negatividad, objeción y falta de valor para seguir. El dolor hace que nuestra mente se empecine en abandonar sueños, y el corazón lo sigue, resignado, como si hubiese tirado la última carta de su vida, por todo o por nada.
Ahí es donde somos rehenes, rehenes de nosotros mismos. Es ahí donde somos como piezas en un tablero de ajedrez y como si de cada movimiento dependiera nuestra vida.
Cada paso que damos, cada movimiento que hacemos nos mantiene perdidos y sin rumbo. El dolor provoca inseguridad, y ¨¿cómo hace este enorme castillo para no caer?
No hay comentarios:
Publicar un comentario