¿Me abrís?

sábado, 8 de enero de 2011

Y ahora que leo tus quejas -ya que nunca te escuché hablar de frente- noto que repetís, lamentada, el hecho de que que iba a estar siempre junto a tu persona, y hoy -por x motivos- ya no. Sincerándome, sincerate también... nunca hubo promesas de ser amigas hasta el final ¿o sí?, porque no puedo prometerle eso a alguien que no conozco, que cada día de el pasado (y pisado) año que he dejado atrás, me sorprendió con sus calumnias e injurias, con su personalidad frívola que logró, en oportunidades, hacerme sufrir y sentir que no valía nada. Hoy, sin pelos en la lengua, puedo afirmar que soy lo que soy porque presioné el botón rojo para que la barrera baje y el tren no pase más. Porque sé defenderme, y sé ver con ojos verdaderos quiénes son y no mis verdaderos amigos. 
Mi consciencia está completamente tranquila, pues sé que nunca dejé atrás el respeto, porque sé que me preocupé más de lo que debí -y así quedó-, y porque intenté solucionar las cosas -sin descanso pero sin esfuerzos-. 
Tu mentalidad extremista, me hace sentir que estoy entre la espada y la pared, o dejarse fiar, o soportar tu despechada ignorancia. ¿Y por qué? ¿Por qué tanta maldad? ¿Con qué varilla la gente mide las cosas, con qué método se apoderan de un espacio y lo hacen tan suyo que llegan al punto de echar y herir a quienes no consideran parte de éste?


confío en que no me van a afectar los posibles roces que tengamos, "tengo todo por delante y nunca me sentí tan bien".


  



“Un hombre del pueblo de Negua, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.

A la vuelta,  contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.

-El mundo es eso - revelo-. Un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario