Forever young

¿Por donde empezar? Estas fueron las mejores vacaciones, creo, de mi vida, y cada vez este año se torna mejor, lleno de cosas lindas que puedo, gracias a Dios, cada día contar. Estoy feliz, llena, con ganas de mejorar en todo, con ganas de crecer y también de reavivar sentimientos que creía perdidos o enterrados en el fondo de un mar, que en este presente hermoso, está calmo, tranquilo, hermoso y reluciente como siempre lo quise ver. Olvidé todo lo que tenía que olvidar y hoy, finalmente, después de un año y medio, empieza un nuevo capítulo para mí, este blog ya no va a ser escenario de tristezas -eso espero-, desde hace ya dos meses que no lo es, y es algo hermoso saber que voy a poder transmitir toda la alegría que tengo, la hermosa alegría que veía apagada en un pasado. El destino barajó las cartas y yo jugué, dejaron de haber estrategias para mí, salí de las escalas y los límites que no me dejaban sonreír, me dejé ir hacia otras puertas y toqué cada una de ellas probándolas, hasta que una se abrió y decidí no negarme a entrar para seguir igual de siempre, esperando algo que probablemente no llegaría más. Me la juego por algo bueno porque sé que el destino quizo que la tercera, -el tercero- sea la vencida. Me la juego porque esperé mi primer beso con alguien especial. Me la juego porque quiero vivir esta vida todo lo que pueda, sacar cada gota del jugo que exprimo de esta naranja. Me la juego porque quiero sonreír inconscientemente todos los días, como una tonta, enamorada. Me a juego porque quiero verme feliz y que me vean así, para poder transmitirlo y darle una sonrisa a este mundo muchas veces apagado. Me la juego, sí, ¡me la juego!