No me
equivoqué, no cambiaste en nada. Seguís
siendo el mismo de siempre, el mismo chamuyero que se cree vivo pero que no se
la juega por nadie, nunca. Me decepcionaste bastante, llegué a quererte más de
lo que había pensado, evidentemente eran pensamientos erróneos que tarde o temprano
me iban a jugar en contra. Es una lástima, no creo haber sido tan mala con vos,
intenté, como una tarada, hacerte sentir un poco mejor para que dejes de tener
los conceptos que tenías de mí, cumplí con todo, como pude, pero lo hice.
Porque claro, Rocío, vos siempre sos la que está mal acá eh, siempre, y eso no es lo peor, te importa tanto lo que
piense de vos que hacés todo para que te quiera un poco más, para que no se
aleje tanto, qué ingenua que una es a veces ¿no? La verdad, es una pena, que
juegues así con alguien que realmente te quiere, pero si querés que me caliente,
esperá sentado, lo único que lograste en mí es que me sienta una tarada andante
y que me parezcas un cualquiera, desde ahora, pero si así es como jugás buscate
a otra, porque para descansos yo ya no estoy, y menos de parte tuya. Si querés sentirte tocado, sentite, ¿total? con vos no se puede hablar.
Olvidate de todo, que sigas bien.
Olvidate de todo, que sigas bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario