En esta situación lo mejor sería salir corriendo, hacia un lugar
que ni yo conozco, pero escaparme. Igualmente, eso no quita que lo que
siento se vaya, por ende sería una pelotudez masiva obviar el gran y no menor
detalle de que me está empezando a gustar un idiota, fiestero y poco romántico
individuo que por desgracia me deja a merced cada vez que me habla.
No tiene que pasar, no tiene que gustarme, no tengo que estar
pendiente de si se conecta o no, de si responde o no… no sé si es su culpa, por
hablarme, por decirme esas cosas tan lindas, por hacerme sentir tan diferente,
o la mía por engancharme con personas con las que, sé con claridad, no voy a
llegar a nada, no puedo esperar nada y aunque lo tengo sabido me está
quemando la cabeza por
completo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario