Es triste llegar al punto de desear que te vayas con el año que partió. Es difícil creer que trato de convencerme de que no sos un buen recuerdo por el que debería luchar contra el tiempo para tenerlo en mi mente. Porque si quiero eso significa que fuiste algo horrible para mí, que no marcaste nada. Y, sincerándome, no fue así, no ES así. Vos te encargaste de hacerme la persona más feliz del mundo, recorriste cada milímetro de mi alma y tocaste cada parte de mi corazón. Convertiste las espinas en rosas, los capullos en flores, las orugas en mariposas. Porque eso es lo que hacés, magia.
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